Al cole con un ‘tupper’ por culpa de la crisis
Entre un 15% y un 20% de las familias prescinden del comedor por motivos económicos
Los centros escolares no saben cómo gestionar la irrupción de las tarteras
Las asociaciones de padres y madres piden que se regule
Sin experiencias tampoco en el resto de España, el origen del debate está en la crisis. Las federaciones de asociaciones de padres y madres de alumnos (AMPA) cifran entre un 15% y un 20% las familias que han prescindido del servicio de comedor por motivos económicos. Los 150 euros al mes que de media cuesta comer en la escuela es demasiado cuando uno de los padres, o los dos está en paro.
Las dos grandes federaciones de AMPA catalanas se han reunido con la Generalitat para abordar la posibilidad de que las tarteras entren en la escuela. Por ahora, el silencio del departamento de Educación es total, más allá de confirmar, a través de un portavoz, que sí, que trabaja en unas “recomendaciones”. Pero no revela aspectos clave, como quién tendrá la última palabra a la hora de introducir la fiambrera en los comedores.
No está claro quién asumiría la inversión necesaria para que los centros escolares cuenten con neveras y sistemas para calentar la comida “con AMPA que todavía están endeudadas pagando la cocina que construyeron hace unos años”, o cómo se separaría a unos y otros alumnos. “¿Habría niños de primera, los que pueden pagar; y de segunda, los del tupper?”.
La inquietud en torno a este asunto se ha hecho especialmente patente en Cataluña, pero empieza a extenderse a nivel estatal. El presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), Jesús Sánchez, se muestra muy crítico con la posibilidad de abrir los centros escolares a la fiambrera. En su opinión, “no se podría garantizar la calidad de la comida escolar como se ha conseguido, porque desde el punto de vista organizativo sería un caos (custodia de alimentos, espacios, frigoríficos, monitores), pero sobre todo porque el comedor es una enseña de la escuela inclusiva y compensadora de desigualdades”. Según Sánchez, “con la excusa de la crisis se estarán llevando por delante y desmantelando logros que han costado décadas”. “Y luego, ¿qué?”, pregunta: “¿La jornada intensiva impuesta en toda España, el fin del transporte escolar?”.
“La alarma está justificada, porque con la precariedad aumenta el empobrecimiento, y este, la desnutrición”. Cinco de cada 14 comidas importantes de la semana se hacen en la escuela, una cifra que alcanza una gran dimensión cuando algunas entidades están alertando de que cada vez son más los niños cuya única comida en condiciones del día es la que hacen en la escuela.
A partir de este tema surgen algunas preguntas que pueden influir en el futuro,
¿Cómo puede afectar a la sociedad dentro del centro incluir los tupper?
¿Puede influir en el aprendizaje de los alumnos este aspecto?
Como expone el artículo, ¿puede la crisis afectar también al transporte?
¿Es el comedor una enseña de la escuela inclusiva y compensadora de desigualdades?
Me parece totalmente necesario abrir un debate social que contemple nuevas posibilides, que ayuden a mejorar la situación de crisis que todos de algún modo estamos sufriendo, y aunque siempre se generan opiniones de todo tipo, creo que algunas cuestiones a este respecto se "salen del tiesto".
ResponderEliminarCreo que la crítica debería ser mucho más constructiva, y en vez de centrarse en el "tupper", podrían contemplar otro tipo de posibilidades que realmente ayuden a aquellos que han tenido que abandonar el servicio de comedor por falta de medios.
Además, plantear otros posibles cambios como los relativos al transporte escolar... me parece innecesario, puesto que solo nos llevan a aumentar la alarma social que ya existe.
Estoy de acuerdo contigo,David.
ResponderEliminarNo creo que el problema sea que los niños lleven un tupper al colegio para comer, sino, que si ya hemos llegado a esta situación tan lamentable, se deberían de poner otras soluciones,en cuanto al transporte escolar, el comedor,los uniformes etc... y no intentar sacar dinero de donde se pueda.